sábado, 12 de febrero de 2011

Palabras

  1. Cuidémonos del defecto de hablar inutilmente de los hechos ajenos y más todavía de la crítica a cohermanos o a los mismos Superiores. Quien obra se equivoca o puede equivocarse: es caridad grande ser comprensivo o compadecer las debilidades de los demás, mucho más cuando los disculpa la buen fe.
  2. La crítica pertinaz lleva a juzgar con temeridad, a murmurar y a otros defectos, que si no se corrigen a tiempo pueden trabar y atrasar el buen desarrollo de la Institución.
  3. Examínese cada uno sobre cuánto puede haber ofendido a Dios y al prójimo con palabras frívolas, pequeñas murmuraciones y relatos tendenciosos.
  4. Hay que guardarse como de la peste de los chismes y de los partidismos que sólo sirven a perturbar la paz y el orden de la Casa.
  5. Es necesario reprimir la inclinación a la crítica malévola, la picazón de referir hechos impertinentes, provocar molestias en los ánimos, perder un tiempo precioso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario