- El voto de obediencia constituye al religioso en hombre perfecto, porque donar a Dios la propia inteligencia y el propio corazón por intermedio de los Superiores, es ofrecerle el "maximum" y lo mejor de sí.
- El más alto grado de perfección religiosa consiste en la perfecta sumisión de nuestra voluntad a la voluntad divina, manifestada por los Superiores legítimos.
- El hijo obediente es un santo.
- El religioso que como hijo respetuoso dona su voluntad a Dios Padre repite el acto incomparable del Verbo terno, quien se hizo hombre para acatar íntegramente la voluntad del Padre.
- El bautismo nos hace nacer en el hogar de Dios; la obediencia nos hace nacer en el corazón del Padre.
- ¡Mientras tengamos un día de vida, trabajemos!
- En la voz de los Superiores está la santa voluntad del Señor: escúchenla entonces con religiosa atención y cumplan con compromiso el mandato confiado a su prudente laboriosidad.
- Es mucho mejor obedecer que mandar.
- Ser pobre y no apegar el corazón a los bienes de aquí es fácil: ser rico y no apegar el corazón a las riquezas es milagroso.
- El Señor a los obedientes prometió la victoria contra las tentaciones de la carne, es decir, de los sentidos, del mundo y del demonio: "el hombre obediente se vuelve personaje meritorio, que siempre y sobre todos los adversarios canta victoria.
- Los santos varones que llegaron a la cumbre de la perfección -todos- se esforzaron en estudiar y practicar la virtud de la obediencia.
- El que ofrece totalmente su voluntad a Dios merece que Dios por reciprocidad le done todo su Corazón.
- El demonio trata de alejarlos de los Superiores, de la Regla, de entibiar su fervor.. Perderán la vocación.
- Idólatras de la propia voluntad son los que en lugar de adorar la santísima voluntad de Dios -manifestada por los Superiores- siguen la suya propia que se expresa en deseos y afectos desordenados.
- El verdadero obediente intima con los misterios del Corazón de Cristo y, fusionándose con su querer, se familiariza con la augusta Trinidad, adueñándose de todos sus tesoros.
- El obediente estudia y asimila el espíritu de la Regla, la cual es su guía; presta atención a los deseos de los Superiores y casi se anticipa a ellos, sabiendo que así cumple con la voluntad de Dios.
- El hijo superior a todo elogio, posee mayor agudeza de inteligencia y exquisita delicadeza de corazón: emplea todas sus potencias en conocer la voluntad divina, en los detalles que más agradan al Sagrado Corazón, esforzándose por ponerlos en obra, firme y constantemente, hasta el último suspiro. Y con la misma reverencia, acata la voluntad de los Superiores, que son los representantes de Dios, acata la Regla, que es el código de los Mandamientos divinos, el Reglamento, que es la extensión menuda de los deseos del Padre celestial.
- Cada cohermano debe ser como un libro abierto en las manos de su Superior, para que éste pueda asignar con acierto los oficios en proporción a las fuerzas de cada uno.
- La virtud del discernimiento debe ser la que descuelle en un Superior; y también -en los miembros de una comunidad religiosa- debe primar la virtud de una piadosa comprensión.
Aquí encontrarás la recopilación de máximas y avisos del Beato Luis Guanella que constan en el libro "Luces para un camino".
sábado, 12 de febrero de 2011
Obediencia
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