sábado, 12 de febrero de 2011

Contra el amor propio

  1. Nuestro peor enemigo es nuestro amor propio y nuestras malas inclinaciones: urge, por lo tanto, vivir siempre en sumisión.
  2. El ejemplo más hermoso que podemos dar es cuando somos humildes. La más suave satisfacción es cuando lloramos nuestros pecados.
  3. Los defectos -que siempre nos acompañarán- deben servirnos de purgatorio en este mundo, de motivo de humildad, de mayor confianza en Dios, médico tan sabio que hasta del mismo mal saca bienes mayores.
  4. ¡No se atengan al propio juicio! Suele emborrachar con sus razones.
  5. El que es auténticamente humilde no puede creer que se le falte en algo.
  6. Todo lo debemos hacer a la mayor gloria de Dios, sin reparar en la alabanza o adulación del mundo.
  7. Los puestos más humildes son los más seguros.
  8. No va en contra de la humildad, sino que le conviene, desear cosas grandes a la mayor gloria de Dios.
  9. ¡Qué profundo se debe cavar para poner los cimientos de la humildad y de la fe, que deben sostener un rascacielos de santidad!¡Y no hay que decir nunca "basta" en tal construcción!
  10. Cuando te hundes en el abismo de tus miserias, entonces intervendrá Dios y te envolverá con tal luz, que hará palidecer el brillo de todos los astros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario