- Nuestro peor enemigo es nuestro amor propio y nuestras malas inclinaciones: urge, por lo tanto, vivir siempre en sumisión.
- El ejemplo más hermoso que podemos dar es cuando somos humildes. La más suave satisfacción es cuando lloramos nuestros pecados.
- Los defectos -que siempre nos acompañarán- deben servirnos de purgatorio en este mundo, de motivo de humildad, de mayor confianza en Dios, médico tan sabio que hasta del mismo mal saca bienes mayores.
- ¡No se atengan al propio juicio! Suele emborrachar con sus razones.
- El que es auténticamente humilde no puede creer que se le falte en algo.
- Todo lo debemos hacer a la mayor gloria de Dios, sin reparar en la alabanza o adulación del mundo.
- Los puestos más humildes son los más seguros.
- No va en contra de la humildad, sino que le conviene, desear cosas grandes a la mayor gloria de Dios.
- ¡Qué profundo se debe cavar para poner los cimientos de la humildad y de la fe, que deben sostener un rascacielos de santidad!¡Y no hay que decir nunca "basta" en tal construcción!
- Cuando te hundes en el abismo de tus miserias, entonces intervendrá Dios y te envolverá con tal luz, que hará palidecer el brillo de todos los astros.
Aquí encontrarás la recopilación de máximas y avisos del Beato Luis Guanella que constan en el libro "Luces para un camino".
sábado, 12 de febrero de 2011
Contra el amor propio
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