- La formación de aspirantes, según el espíritu y las directivas de la Obra, es tan esencial como la levadura para obtener el fragante y sustancioso pan.
- Para la casa se requieren jóvenes que tengan paciencia, sencillez, y sean fervientes en celo de caridad.
- ¡Mucho importa, en una asociación religiosa, que todos se atengan a las esperanzas de su Superior, quien así transmite todo su pensamiento y querer!
- ¡Cuántas vocaciones podrían ganar aquellos que se han compenetrado del espíritu del Instituto y lo saben difundir en el corazón de los demás!
- El Instituto de los Siervos de la Caridad debe ser como un imán que atraiga a sí los corazones de las vocaciones.
- Es más fácil crear que conservar: es raro que un novicio bueno se torne mejor luego de la profesión, si no se observan atenciones especialísimas de cuidado y de solicitud.
- Se reciben en familia (los nuevos religiosos legos) con el íntimo gozo propio de los hermanos que viven de fe y caridad.
- El Señor a veces elige a aquellas personas que, ante el mundo, son estimadas en poco: el Señor elige a estas personas para confundir a los vanagloriosos.
- Deben (los Siervos de la Caridad) darse maña con prudente diligencia para atraer dulcemente nuevos ministros y obreros a la viña del Señor.
- El perfume de la rosa es el más agradable, porque es el más suave; así hay que atraer a muchos con la fragancia de la caridad, invitándolos a que sigan como hermanos queridos y alejándolos del hedor de los vicios, para que se deleiten con el aroma de la divina Caridad.
- ¡Qué bien se está en la Casa religiosa! El Superior, como padre, guía y dirige en todo momento los pasos del hijo, todavía inexperto. Hace falta la íntima persuasión de que sólo practicando la fe, la esperanza y la caridad se tiene el medio para bien vivir y bien morir. Y más necesaria aún es la profunda convicción de que esos actos se pueden practicar más viva y eficazmente en la soledad con Dios y en medio de los hermanos, entre los cuales está Cristo con su gracia.
- Aliente (el Superior local) a aquellos estudiantes y artesanos que desean adscribirse a la Casa; mientras tanto entérese de sus aptitudes. Infórmese de las vocaciones descuidadas que acá o allá pueden encontrarse en peligro, y -pudiéndolo- trate de ayudarlas con cariño.
- Ser diligente en la educación de los jóvenes seminaristas es el arte de las artes.
- El maestro de novicios, como hermano mayor y casi padre, convive con ellos y les enseña paso a paso, como Ángel custodio, maestro en la doctrina y padre de adopción, para que los alumnos gusten plenamente de las delicias de la nueva familia espiritual, a la cual se han adherido.
- El maestro trate de ingresar con suavidad en el corazón de los novicios, ganándose su confianza. Los prevenga contra las tentaciones, que el mundo y demonio insinúan, trabando su vocación religiosa.
- Con frecuencia y amabilidad hábleles del bien temporal y espiritual que se encuentra en la Congregación; anímelos a la vida de sacrificio en los varios ejercicios de caridad, al estudio, a la devoción; de vez en cuando -como premio- conceda algún consuelo de algún entretenimiento o paseo.
- El corazón del novicio debe calentarse al fuego de la caridad y, como masa fermentada puesta en el horno, debe volverse pan sabroso apto para saciar el hambre de justicia en sí y en los demás, fortaleciendo la humana debilidad.
- Pido al Altísimo que bendiga a los buenos hermanos legos y los multiplique tanto en virtudes como en número. Los encomiendo a sus hermanos mayores los Sacerdotes, que deben ser sus verdaderos maestros dechado de religiosa caridad.
- El Instituto de los Siervos de la Caridad se puede asemejar al pórtico que rodeaba la piscina probática en Jerusalén: allá yacían toda clase de enfermos. Los Superiores del Instituto deben ser como el ángel que mueve las aguas, para que los enfermos, al arrojarse a ellas, logren la ansiada salud.
- Sería una caridad mal entendida postergar largamente la decisión sobre una vocación muy incierta.
Aquí encontrarás la recopilación de máximas y avisos del Beato Luis Guanella que constan en el libro "Luces para un camino".
miércoles, 9 de febrero de 2011
Vocaciones religiosas - Noviciado
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